Julio de 1843. Isambard Kingdom Brunel acaba de construir en Bristol el SS Great Britain, el transatlántico de pasajeros más grande del mundo, que pronto será bautizado como “el más grande de los experimentos desde la Creación”. Su casco de hierro y la hélice que lo propulsa se convertirán en sus dos rasgos diferenciales respecto a embarcaciones anteriores. Con capacidad para 730 personas, su primera travesía será, dos años más tarde, Liverpool-Nueva York. Las familias británicas podrán entonces embarcar en el gran navío, equipado con pequeñas compartimentos de literas de primera y segunda clase, un holgado comedor, la sala de máquinas, la cocina y la gran cubierta, donde se encuentra la res que durante el viaje alimentará a los huéspedes. En 1852, su próximo destino será Australia; un viaje que durará 60 días.
El SS Great Britain es hoy visita obligada para los que residen en Bristol o vienen de turismo a la ciudad. Transformado en un barco-museo, el visitante puede recorrer cada uno de los espacios e imaginar cómo debía ser la vida entre aquellas paredes de madera. Las figuras de cera, elegantemente ataviadas con sus vestidos de época, nos ayudan a adentrarnos en la historia: la mujer de primera clase que espera que le sirvan la cena en el comedor, el inmigrante que afeita un hombre en su habitación, la madre que juega con sus hijos en la estancia de al lado, el capitán Matthews discutiendo en una de las salas, el cirujano que hace un torniquete a un pasajero… Todo está perfectamente ambientado para que nos sintamos un viajero más del gran SS Great Britain.
Lo mejor de la visita al SS Great Britain: la ambientación; la recreación de los espacios, especialmente de la cocina. Ratas que se mueven tras los armarios, un gato que maúlla y el ruido de los fogones mientras se hace la carne.
El recorrido: del museo al interior del barco
Antes de embarcar en el SS Great Britain, en el Dockyard Museum nos empaparemos de la historia del transatlántico y sus periplos por el mar. No olvidéis sellar allí vuestro pase con los tampones que iréis encontrando en el recorrido. Aprovechad también para disfrazaros con los trajes de época y tomad una fotografía gratuita de recuerdo. Tras la visita por el museo, pasaremos a la cubierta del barco, donde podremos fotografiarnos cogiendo el timón o, por 10 libras más, escalar hasta llegar a lo más alto de la vela. Vista la cubierta, nos daremos ahora sí el lujo de viajar en el tiempo recorriendo el interior de la embarcación y, ya en el exterior, observaremos cómo el equipaje y las mercancías (las jaulas con gallinas, las cajas con verdura y fruta, las maletas de los viajeros…) se concentran alrededor del barco para emprender un nuevo viaje. Podemos tomar allí una última fotografía subidos en el carruaje de la entrada.
Más de 150.000 personas visitan cada año la famosa embarcación, todo un símbolo en Bristol.
Precio y más información
Por 13’75 libras, adquiriremos una entrada de adulto que nos servirá para ir las veces que queramos durante un año. Por 5 libras más, tendremos la guía que cuenta toda la historia de la embarcación. Si una vez finalizado el recorrido queremos más datos, visitaremos el Brunel Institute. Allí descansa una de las colecciones marítimas más importantes del mundo –algunos de los libros deben cogerse con guantes por su vejez y consiguiente deterioro-. Para más información sobre la embarcación, podéis consultar la página web oficial: www.ssgreatbritain.org
Artículo escrito por Bárbara Padilla
Categorías:Bristol & Bath, Ocio