700.000 españoles han abandonado España desde que estallara la crisis, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Detrás de cada cifra hay una persona y una historia. Algunos vinieron solos, otros en pareja o incluso en familia, algunos ya estaban aquí antes de que empezara a ir mal, otros vinieron arrastrados por las circunstancias, para algunos no ha sido su primera emigración, para otros se ha tratado de una aventura, sin embargo, ha sido para todos una experiencia.
Los protagonistas de esta serie de artículos que hoy iniciamos son parte de una generación que creció en democracia, de diversas edades y procedencias, pero con numerosos elementos en común. Nuestra intención es dar visibilidad a sus testimonios para ayudar a los que llegan y hacer sentir menos solos a los que ya están aquí. Son las voces de una generación.
Encajar en Inglaterra, «una cuestión de frecuencia»
En enero de 2013 Esther y Félix iniciaban su andadura en Brístol. Una beca Erasmus de prácticas, que le habían concedido a esta licenciada en Ciencias Ambientales, traía a esta pareja al South West. Él venía con el pan bajo el brazo, ya que colaboraba desde casa para la revista Emprendedores. No tuvieron que esperar a aterrizar para llevarse su primera decepción: habían sido estafados en Gumtree.
Esta pareja encontró el apartamento perfecto en el centro de la ciudad, y aunque pagar una fianza sin verlo les generaba dudas, hicieron la transferencia. Nunca más volvieron a saber del propietario. Con la primera en la frente, Esther pasó sus primeros días en un hotel acompañada de su madre, para pasar luego al Rock & Bowl. «El infierno en la tierra«, es como se refiere Esther a este albergue. «En un hostel no se puede hacer vida«, tienes problemas para acceder a las duchas cada mañana, mantienes todo en tu maleta por seguridad… Pero lo que más hirió su sensibilidad es que «me robaron medio sobre de jamón«.
Dos semanas más tarde, este par de madrileños se hacía hueco en Clifton Down. Gracias a Spare Room conocieron a tres «artsy» ingleses con los que alquilaron casa. No hubiera sido posible sin el aval de los padres de una de ellos, lo que Esther recuerda agradecida porque «no nos conocían de nada«.
La casa estaba bien, aunque con las deficiencias de ser antigua e «inglesa». «Parece que el clima les pilla por sorpresa«, dice Esther en referencia a cómo la vivienda no estaba preparada para el tiempo local. Pero, aunque suene tópico, el principal problema al que se enfrentaron fue la limpieza. «Eran muy cerdos«, dicen de sus compañeros de casa, y aunque en ciertos ocasiones asumieron la responsabilidad de limpiar las zonas comunes ante el hartazgo de verlas de tal guisa, acabaron por no pisar el salón, con el consiguiente desgaste de la convivencia. Desde hace un año, alquilan un apartamento para los dos en las inmediaciones de Stokes Croft.
En lo que respecta al trabajo, Esther, tras terminar la beca de documentalista, trabajó como limpiadora en un hotel durante cinco meses. Nunca había pensando que se le «caerían los anillos«, pero se sintió avergonzada. Se veía a sí misma sobrecualificada y, aunque le costó reconocer el trabajo ante algunos de sus más allegados, lo acabó asimilando y aceptando como una experiencia que le sirvió para madurar. En la actualidad, a través de una web especializada en trabajos medioambientales, Environment Job, trabaja de técnico de laboratorio. Su puesto no requiere cualificación, pero de alguna manera se acerca a aquello para lo que estudió. Su sueño es dedicarse a la comunicación científica.
Félix estuvo trabajando para Emprendedores hasta el pasado mes de noviembre. Desde entonces busca trabajo de periodista, aunque reconoce que una profesión como esta exige un fuerte dominio de la lengua, que no lo tiene. Mientras tanto, colabora desde hace poco con Bristoleños haciendo la agenda cultural.
Ambos, junto a un equipo que alcanzó las quince personas, crearon una emisora de radio online con contenidos que van desde la agenda cultural a la comunicación científica. Aunque el proyecto pasa por sus horas más bajas, Esther espera retomar su programa de ciencia en forma de podcast.
En cuanto a su condición de emigrantes, ven difícil entablar verdadera amistad con ingleses por diferencias de «bagaje cultural«. Tener intereses comunes no es suficiente, «es una cuestión de frecuencia«, afirma Esther. No obstante, se sienten adaptados, porque conocen Brístol e intentan entender cómo funciona este país. Además les gusta que aquí no le den a la apariencia la importancia que se le da en España, donde ella dice que le hacen sentirse «fuera de lugar«; y que aquí son menos sexistas. Ser emigrantes les hace ver España con perspectiva y descubrir ciertos aspectos de los que uno no es consciente cuando está allí. No obstante, critican la excesiva corrección local. «Se dice mucho «sorry», pero no se siente de verdad«, aseveran los dos.
En relación a la comunidad española, critican la mentalidad de algunos que creen que no podemos aspirar a ciertas cosas. «Este sentimiento de inferioridad viene de lejos«, señala Esther, «en España se curra mucho«.
Vinieron a Brístol a vivir una experiencia y, a pesar de cierta morriña sobretodo al pasar por casa, no se ven de vuelta en el medio plazo, aunque puede que cambien de ciudad o país.
Artículo escrito por Antonio Pozueco
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Si quieres contar tu experiencia (positiva o negativa) viviendo en Reino Unido, mándanos un email 😉
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Sinceramente, Pedro, no se que ves de malo en el articulo entrevista. Algunas de las experiencias o anecdotas que cuentan le son comunes a muchos de los que han venido por aqui. Ademas es SU entrevista, y por tanto pueden expresar en ella lo que desde su optica es los mas importante de su experiencia en Brisrol. Respecto a contar algo positivo, creo que te equivocas. Si la vuelves a leer seguramente descubriras algunos matices positivos. Claro que si lo que vas buscando es la risa abdurda tipo españoles en el mundo y similares, pues lo siemto, este es el lugar equivocado. Esta es una muestra de la realidas del emigrante, no la historieta de unos aventureros de carton piedra.
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Luis, una aclaración estupenda. Todos nos hemos visto en situaciones como la que describen Esther y Félix. Están contando una realidad y a mi personalmente me ha ocurrido lo mismo y no se que tiene de negativo o malo que cuenten esa realidad…Más positivismo que están demostrando continuando su andadura por Inglaterra?
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Yo he estado y por supuesto que ha habido malos momentos…. Pero no todos!! Estos chicos no cuentan nada positivo!! Hay que sacar lo positivo de todas las experiencias
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A ver que me entere…. Estos tipos se han ido de aventura o se han ido de verdad a buscar trabajo??
Menudos niñatos, todo el artículo quejándose.
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Pedro, estas en Bristol o UK? Es que tú no has tenido ni un solo mal momento?
No todos vivimos esta experiencia de la misma manera…
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