¡Cómo cambian las rutinas! Empezando por el horario laboral de aquí (¡aunque nos resistimos a cenar a las seis de la tarde!) y acabando por la vida que hacemos en las habitaciones de nuestros pisos compartidos. ¡Privacidad, por favor! Hemos hecho una lista de nuevas situaciones con las que seguro que os sentís identificados. ¡Esperemos que os gusten! Y os saquen una sonrisa.

1. Tienes un supermercado favorito (reconócelo, te conoces todas sus estanterías) y debates con los compañeros de piso si es mejor el Lidl, el ASDA o el Aldi.

2. Compras comida española en la secciones extranjeras de los supermercados. La echas tanto de menos…

3. Quedas con españoles para cambiar euros por libras o al revés. «¿Tienes la mercancía?» «Aquí tienes, bro».

4. Te secas el pelo en la habitación. Esto de no tener enchufes en el baño… Es lo que hay.

5. Haces vida en tu habitación. Incluso comes allí. Necesitas intimidad en una casa que compartes con tres o cuatro personas más. Leave me alone, motherfuckers.

6. Ves muchas más series y películas que antes. En tu habitación, por supuesto.

7. Caminas más. Si no vives en Londres y, por tanto, no tienes metro, o coges tu bici o haces piernas de aquí para allá y hasta el infinito y más allá.

8. Te conoces todos los puntos WiFi gratuitos de la ciudad.

9. Los primeros meses te juntas con españoles, por aquello de que echas de menos a tu gente. Luego, si eso, ya conocerás ingleses…

10. Empiezas a ir a quedadas de Meet Up para conocer gente y hacer intercambios español-inglés. Allí conoces a más españoles y acabas hablando español.

11. Bebes más cerveza que antes. O descubres la sidra y ya no te despegas de ella.

12. Vistes miles de capas. Tienes un frío del copón y sales de casa como si fueras al Himalaya.  ¿Te has fijado que los ingleses no llevan ni paraguas?

13. El Skype se convierte en tu enlace con el exterior. Tu familia y amigos te esperan al otro lado. ¿Hay alguien ahí?

14. Repites mil veces a tu gente que estás en Inglaterra pero no en Londres. Tu familia sigue preguntándote: «¿Qué tal te va por Londres?»

15. Imprimes 300 CV y los dejas en restaurantes y tiendas de la ciudad. «¡Tienen que llamarme, shit!»

16. Limpias más. Así limpiaba, así, así…

17. Cocinas para sobrevivir. O mueres.

18. Te gusta pulsar el botón del semáforo para cruzar. Interiormente, te preguntas si sirve de algo. Lo pulsas tres veces, por si acaso.

19. Te acostumbras a quemarte / congelarte las manos cuando abres el grifo, sobre todo en invierno. Aquí, el término medio no existe.

20. Descubres que el agua del grifo (la congelada) está buena y te ahorras una pasta porque no tienes que comprar botellas.

21. Te resistes a dejar el horario de comidas español. Tú quieres seguir comiendo a las 14h, cenar a las 21h, dormir a las 00h… Claro, claro…

22. Haces más vida en casa. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. ¿Y tu vida social? Con el buen día que hace siempre fuera…

23. El Primark se ha convertido en tu segundo hogar. Tus pijamas, camisetas y sudaderas son de allí. El Poundland… es tu mejor amigo.

24. Quieres ahorrarte hasta el último pound. Lo traduces todo a euros constantemente para ver si te estás pasando.

25. Los primeros meses empiezas a hablar un Spanglish raro y en una conversación en castellano se te pegan palabras como so, you know, ok, yes, perfect, oh my God… EVÍTALO, POR FAVOR.

¿Nos hemos dejado algo? ¡Dejadnos un comentario y lo añadiremos!