foto: Andy Lapham

Desde 2013 más de 100.000 españoles emigran cada año, y aunque todavía no tenemos la cifra oficial del 2014, seguro que no andará muy lejos. Probablemente, la superará con creces.

Siempre durante la primera mitad del año notamos un pico de mensajes privados y email para preguntarnos dudas, consejos e información de todos aquellos que se están planteando venir a vivir a Gran Bretaña para buscar una oportunidad, y por esto quiero hacer una pequeña y breve carta abierta a todas aquellas personas que están con los nervios en el estómagos.

Emigrar no es fácil…

Fotos de fiestas, viajes por bonitas ciudades, «estados» de felicidad… eso es lo que muchos recibís de vuestras amistades emigradas en facebook. No nos engañemos, la gente no cuelga fotos cuando están tristes o agobiados porque no tienen horas suficientes para trabajar en la cafetería de Londres, comentarios de las pasta que se gastan en transporte público o lo caras que van las pintas de cervezas cuando salen de fiesta… sin olvidar la soledad que en ocasiones podemos sentir los expatriados durante esta «aventura».

Para casos y gustos los colores. Ni todo es horrible ni tan difícil, ni todo es de color de rosa. Llegar a un país sin el suficiente control de la lengua (el handicap de los españolitos) es un punto negativo y no facilita la vida, al contrario, nos frena en muchos aspectos.

Frustración por no poder trabajar en tu ámbito profesional, donde te has formado durante tanto tiempo, también es común. Saber que tienes que trabajar todos los findes en la hostelería cuando tus amigos están de fiesta o descansando, cuando podrías estar trabajando de ingeniero, profesor, psicóloga o cualquiera que sea tu profesión… también afecta a la moral de los emigrados, sobre todo cuando se dilata demasiado en el tiempo.

Y mil problemas que no sabes cómo solventar: las discusiones con tus compañeros de casa por la limpieza, ese manager que te hace la vida imposible cambiándote los turnos o no dándote horas a la semana, la búsqueda de alojamiento asequible cuando llegas, conocer gente con la que salir cuando por fin tienes un día libre, los ahorros que no consigues y esas «comidas de cabeza» porque no tienes pasta para llegar a fin de mes… y tu familia y amigos lejos.

Pero todo tiene su lado positivo…

Con tiempo el idioma mejora, ya puedes expresar sin trabarte como te tienes o enviar a la mierda a tu manager cuando se pasa de listo. A parte de saber cómo y cuando decir las cosas a tu landlord para pedirle algo (y conseguirlo!).

Una vez superado el escollo de la comunicación descubres la cultura del país y su gente. Tienen cosas raras, no son tan sociables, no gritan cuando hablan y beben mucho más que tú. Con ello te acostumbras y ves las partes buenas, hasta piensas que algunas deberían hacerse en España.

Visitas y te enamoras de pueblecitos. Quién sabe, hasta te puedes enamorar de un/a nativo/a 😉

Los meses y años pasan y te cuenta que es un país donde el esfuerzo se recompensa, te promocionan si has trabajado duro. Da igual si tenías la experiencia, si vales, el trabajo es tuyo. En el caso de Reino Unido, no dudan a darte un puesto de trabajo de lo que has estudiado, a pesar de tu falta de inglés. Con un salario digno a tu categoría profesional, todo lo contrario a las no oportunidades de «tu tierra», que hizo que te fueras con una mano delante y otra detrás. Aquí oportunidades no faltan, si buscas, acabas encontrando.

Añoras la comida de tu madre, salir de tapas con los colegas de toda la vida… pero a cambio descubres restaurantes indios, tailandeses, peruanos, chinos, y de todas la nacionalidades que quieras. Pruebas cosas nuevas.

Al final tienes un grupo de amigos, raros como ellos solos, de diferentes países con los que organizas fiestas de pijamas o disfraces sin ser Halloween. Solo por hacerla, y te encanta.

Un día reflexionas, las has pasado «putas» pero también has disfrutado…. y no sabes si quieres volver… o quedarte para siempre.

Mi consejo…

Para los que dudan si emigrar o no, hacedlo. No tenéis nada que perder, tal vez algunos ahorros y el tiempo que hayáis invertido. Pero la experiencia lo vale, para bien o para mal. Alguna cosa positivas acabaréis sacando.

En ocasiones parece difícil y de un grano hacemos una montaña. Siempre he intentado quitarle hierro al asunto cuando escribo, creo que lo consigo. Sin embargo, la falta de experiencia previa tira para atrás.

Recuerda que ya no estamos en los años 50. Habrán dificultados, pero nunca te faltará comida, un techo y siempre encontrarás gente con la que relacionarte que te echarán una mano, a parte de Españoles «que estamos en todas partes». Si pones ganas y esfuerzo, todo acaba saliendo bien.

Un viaje largo…

Cuando viajamos estamos abiertos y anhelamos descubrir la gastronomía, costumbres, gentes, etc. Hay que tomárselo así, pero por un periodo indefinido, disfrutar de cada día, por pesado sea la ausencia de sol o la falta de tomate frito 😉
Si miráis todo con ojos curiosos disfrutaréis de esta excursión, un poco larga, en la que aprenderéis mucho y si llegado el momento volvéis a vuestra «tierra», eso que os lleváis en la maleta de la vida.

«Que nos quiten lo bailao»

Ánimos a todos y todas, dejad un comentario si lo creéis conveniente.

😀

PD: recomiendo leer también la «Carta abierta a los españoles: hay que dejar de quejarse»